El reciclaje de residuos orgánicos es importante a fin de reducir el impacto ambiental que tienen (generación de lixiviados, emisión de gases, mayores costes, etc…). Como ya sabemos, los residuos orgánicos son todos aquellos desechos de origen vegetal y/o animal, que alguna vez estuvo vivo o fue parte de un ser vivo y que es susceptible de degradarse biológicamente.
Una vez generados estos residuos, es necesario que sean separados del resto de los residuos considerados inorgánicos para que puedan ser gestionados correctamente.
Se pueden aprovechar los residuos vegetales del jardín y del hogar para hacer composta en lugar de tirarlos a la basura y mezclarlos con el resto de los residuos. El compost es un abono orgánico que servirá para mejorar la tierra de cultivo y como alimento para las plantas.
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La composta se usa para agregar materia orgánica al suelo, adiciona nutrientes, ayuda a regular el pH y mantener la humedad de la tierra. Es un proceso biológico aerobio (con presencia de oxígeno) que, bajo condiciones de ventilación, humedad y temperatura controladas, transforma los residuos orgánicos degradables en un producto estable e higienizado llamado compost, que se puede utilizar como abono orgánico. Este proceso de descomposición se basa en la actividad de microorganismos como los hongos y las bacterias.
La duración del proceso de compostaje puede oscilar, dependiendo de distintos factores (sistema, tecnología, disponibilidad de espacio, etc.), entre 10 y 16 semanas.
¿Qué incluir en la composta?
Material seco:
- Pasto cortado y seco: deben ser secados al sol una vez cortados.
- Hojas de plantas perennes; estos son más duros y de una lenta descomposición, para el uso de estos se recomienda triturarlos.
- Hojas secas; son hojas que se caen de los árboles.
- Flores marchitas.
- Restos de podas; las ramas favorecen la ventilación, también deben ser triturados para su incorporación, hasta unos 5cm.
- Aserrín y viruta; se deben utilizar en pocas cantidades. No utilizar de madera enchapada.
- Papel (no de color) y cartón.
- Paja, alfalfa y heno.
Material húmedo:
- Frutas y verduras; se pueden utilizar las cascaras y restos, preferiblemente picados.
- Cáscaras de huevo.
- Estiércol de animales herbívoros (ovejas, patos, cerdos, cabras, vacas, etc…)
- Restos de cítricos; se necesitan una buena aireación.
- Hojas y bolsitas de té; se deben esparcir por la pila.
- Restos de café molido.
- Cáscaras de cacahuetes.
- Algas (lavadas previamente)
Materiales que no se recomiendan:
- Carne, huesos, resto de pescado; estos emiten malos olores y atraen insectos.
- Aceites y grasas animales; se pudren generando malos olores.
- Productos lácteos; el queso, yogurt, mayonesa, etc. Pueden aportar bacterias indeseables.
- Excremento de animales carnívoros; pueden contener microorganismos peligrosos para la salud.
- Malezas y plantas persistentes; evitar su uso, ya que pueden mantenerse latentes hasta que se incorporan al campo y se vuelven un problema.
- Material inorgánico; vidrios, latas, bolsas de plástico estos no se degradan.
- Plantas enfermas; es peligroso añadirlas, porque la enfermedad se mantendrá en conservación hasta llegar al campo y tener condiciones favorables.
- Cenizas de carbón; estos ya no se descomponen, es mejor no utilizar.